L-X MAÑANA 9:00-12:30H J-V MAÑANA 9:00-13:15H TARDES L-J 15:00-16:30H VIERNES SIN TARDE
SECUNDARIA Y BACHILLERATO JORNADA CONTINUA
L-V 9:00-15:00
La jornada escolar es un asunto que afecta de manera directa al desarrollo educativo del alumno. Por esto, el Colegio Santo Tomás ha mantenido y defiende La jornada escolar es un asunto que afecta de manera directa al desarrollo educativo del alumno. Por esto, el Colegio Santo Tomás ha mantenido y defiende la jornada partida para las etapas de Infantil y Primaria.
A continuación, se exponen una serie de argumentos por los que nuestro Centro apuesta por este tipo de jornada:
El elemento primordial para valorar es el rendimiento de los alumnos. La jornada continua no ha demostrado favorecer el rendimiento de los alumnos. De acuerdo con lo que sabemos (Tinajas, A. 2012) sobre la evolución a lo largo del día de los ritmos en la atención y en el rendimiento de los alumnos de primaria, concretamente los de mayor edad (Testu 2002; Varios autores, 2001), es menor al inicio de la jornada y va creciendo paulatinamente hasta la hora de la comida. Desciende durante el periodo postprandial (después de comer) para volver a crecer a lo largo del resto de la tarde. En consecuencia, los momentos más favorables a la actividad intelectual (centro y final de la jornada matinal y final de la jornada de tarde) deben ser reservados a los aprendizajes y actividades que reclaman mucha atención y esfuerzo cognitivo. Por el contrario, los momentos considerados menos favorables (inicio de la jornada matinal y después de la comida) deben dedicarse a las actividades más lúdicas, socializantes o a la actividad física). Quienes argumentan que la JC mejora la atención y el rendimiento de los alumnos no presentan datos que lo avalen, pero sí ignoran deliberadamente los pocos estudios científicos de que disponemos y que nos enseñan que el paso de JP a JC sólo es posible a base de ampliar las horas de peor rendimiento: adelantando la entrada a clase, cuando los niños aún no se han despabilado, y/o retrasando la salida del colegio por la mañana, cuando los niños empiezan a estar cansados. A cambio, deja para las actividades extraescolares la última hora de la tarde, en la que los escolares han retomado ya unas buenas condiciones para el estudio. Toda una incongruencia desde el punto de vista científico.
Luis Pérez, vocal de la FAPA Francisco Giner de los Ríos, escribía en 2004: “Canarias, Galicia y Andalucía fueron pioneras en la implantación de la JC. Las tres comunidades autónomas están a la cabeza (puestos 1, 3 y 4) de los resultados más bajos en “competencia académica” al final de la Educación Primaria. Situación inversa aparece en las comunidades autónomas de Cataluña y País Vasco, que, según nuestros datos, tienen jornada partida generalizada” (Pérez, 2004). El fracaso escolar es el resultado de multitud de factores y desconocemos la importancia relativa que puede tener el tipo de jornada escolar. Siendo eso cierto, no me he podido resistir a la tentación de relacionar los resultados de la evaluación de diagnóstico de 2º de ESO de 2010 y el tipo de jornada escolar mayoritario en cada comunidad autónoma. Quizás no sirva para sacar conclusiones, pero evitará que otros saquen las que no se corresponden con la realidad.
La jornada partida favorece un mayor aprovechamiento del tiempo escolar, permitiendo realizar más tareas en el colegio y disminuir la cantidad de trabajo escolar que hay que realizar en casa. Además, en la jornada partida el cansancio está más estructurado a lo largo del día.
Las investigaciones internacionales evidencian que la extensión del tiempo que se pasa en la escuela reduce las desigualdades educativas y es especialmente positiva para los jóvenes y niños con dificultades.
La jornada partida favorece la socialización de los alumnos y el desarrollo de las habilidades emocionales del alumno.
El cambio de JP a JC suele ir acompañado de un deterioro manifiesto de la convivencia entre los sectores de la comunidad educativa. Un ejemplo bastante elocuente de esas tensiones puede leerse en el siguiente resumen de prensa: http://www.aldeamix.com/espana/plataforioja/prensa.htm .
Nuestro modelo educativo considera la relación como un elemento fundamental del aprendizaje y de la construcción de la persona. El confinamiento ha demostrado que la relación educador-alumno es esencial para que haya aprendizaje. La relación educativa es insustituible y necesaria para el desarrollo del niño. La carencia de esta esfera de relaciones personalizadores tiene unas consecuencias negativas en el desarrollo pleno de nuestros alumnos.
La jornada continua favorece que los niños y adolescentes acaben entregando muchas horas a un ocio desmedido: horas ante la televisión, conectados a Internet, abuso de videojuegos, etc.
En la situación especial que estamos viviendo en la actualidad, debemos trabajar entre todos por conciliar lo sanitario con lo educativo. Hay estudios (Save the Children, 2020; Ismael Sanz, 2020) que evidencian la brecha educativa que se está generando y las consecuencias que tendrá esta situación en esta generación, afectando a sus posibilidades de desarrollo futuro y su nivel económico. Adoptando todas las medidas sanitarias adecuadas, debemos garantizar el derecho a la educación de los niños. A ello, se le une que la experiencia del confinamiento ha demostrado que la presencialidad es necesaria para garantizar el aprendizaje. Escuela y familia, como responsables de la educación, debemos comprometernos con las medidas sanitarias para garantizar la educación y el aprendizaje. Comprometidos con lo sanitario, garantizamos la educación.
Es importante los momentos de ventilación como nos marcan las autoridades sanitarias. El invierno será más complicado hacerlo con los alumnos dentro de clase.
En conclusión, creemos que, desde un punto de vista pedagógico, la jornada partida favorece el mayor desarrollo del alumno. Los argumentos en defensa del cambio de jornada escolar no se basan en evidencias sólidas; no se ha evaluado el impacto real y se han obviado las recomendaciones de las investigaciones nacionales e internacionales, que, lejos de avalar los beneficios esperados de la jornada continua, perfilan los límites y alertan de los riesgos asociados a este tipo de horario. Nuestro proyecto educativo, elegido por las familias que acuden a nuestro centro, se desarrolla de manera completa a través de acciones educativas que no pueden ser realizadas en un horario lectivo comprimido. Creemos que no es bueno para nuestros alumnos.